Bla bla bla y me quedé solo. No me importó, no me sentí traicionado, seguí adelante. Seguí con mi estilo, con mi forma de narrar y sobretodo con la adolescencia marcada a fuego en mi corazón. Pero el adolescente dejó de serlo. No un adulto, pero sí un alma encerrado en el cuerpo de algo más "serio" que eso.
Por lo tanto el diario se quedó sin sus armas: los cuatro acompañantes primero y finalmente sin la adolescencia.
Y ya después me quedo solo. No hay excusa para seguir con éste rincón de la bloggosfera. Así que lo destruiré. Pero antes de hacerlo voy a renacer de sus cenizas sus momentos más importantes:
*El inicio. Éramos cuatro. Y después de una semana ,dos. Y así fue el inicio. Marina Alesanco/Kiki y yo. Dos grandes compañeros. Posiblemente los mejores para el otro.
Fue una época bonita. Una época muy adolescente, con todo lo que eso conlleva. Tonterías varias, historias de nuestra vida, rayadas y temas banales, pero temas muy acordes al propósito general por el cual fue creado éste blog.
*El amor. Después de mucho tiempo buscándolo, encontré el amor. Una extraña chica de nombre Ana fue la culpable. No sería el descubrimiento del siglo decir que la cosa no salió bien, pero encontré un sentimiento pasado y aprendí mucho con la desesperanza y el desánimo en éste ámbito. Me ayudó más de lo que pensé en esa época. Crecí un poco y cuando enterré toda la magua, fui feliz. Sin amor, pero feliz. Que se puede. Pero no del todo. Eso lo descubrí en la 2ª parte.
*La soledad. Hay gente que odia la soledad. Yo no. Al menos en el vasto mundo de internet. El tener el blog para mí solo, ayudó a quitarme una pequeña carga y hacerlo mío, solo mío. Abrí mi abanico de temas y conseguí un nivel de espacio mucho más generalizado y público. Es lo que intentaré conseguir con el siguiente.
*Y volvió a ser cosa de dos. Recluté para compartir mi pompa, a Paula. Paula consiguió darle un enfoque que me gustó muchísimo. Gracias a sus letras, el diario de 4 consiguió visitas y algún que otro premio no excesivamente importante, pero sí muy ilusorio para los dos.
En mi caso, intenté estar a su altura y por ello me exigí más. Perdí un poco de mi identidad, pero conseguí puntos extra en mi calidad narrativa e imaginativa.
*Dejadez. El diario, de un día para otro murió. Su asesino fue la vagancia.
Cierto es que seguía pensando en él, pero fue gracias al tiempo y al amor, por el cual renació de sus cenizas cual ave fénix.
*El amor II. Cuando una chica que te gusta tiene blog y sabe que tienes blog y encima lo lee, te exiges a escribir cosas para conseguir puntos con ella. Ese fue mi caso.
El diario me lo agradeció. Se volvió a alimentar de optimismo. De arcoiris, de hadas y de caballos amarillos (?). Rita.
*Adiós a la adolescencia, adiós al diario. Y dejar de ser un adolescente. Y pasas a ser un joven con proyecto de hombre. El diario se queda muy infantil y necesitas otra dimensión en blanco donde empezar de cero. Eso quiero yo. Dejar en un rincón apartado -pero visible- al diario de cuatro adolescentes y abrir otro totalmente diferente.
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Gracias a Lupe, Miguel y Marina por estar hasta alta horas de la madrugada en conversaciones compartidas. En una de esas se nos ocurrió la idea de abrir éste blog.
Gracias a Marina A. por haberme ayudado. Al igual que el blog, has sido una parte muy importante de mi adolescencia. Creo que nunca te podré olvidar. Aún que lo intentara, sería imposible.
Por tus ideas en clase. Tu mente siempre despierta. Tus locuras narrativas, tus historias idílicas. Por todo. Has formado una parte vital de éste blog. Te has abierto a él y él a ti.
Gracias a Fernando R. por ser un asesor de ideas.
A Esther P. por ser la arquitecta de la grandísima mayoría de historias felices que he escrito aquí. Por abrirme al mundo del amor correspondido. Por todos los días juntos que he deseado recobrar. Días que han sido imposibles revivir. Pero días que nunca olvidaré.
Por llorar conmigo, por luchar conmigo, por quererme de una manera especial. No te olvides de mí jamás, por favor.
Gracias a Ana M. por ser mi amiga. La mejor que tendré siempre jamás. Por animarme a seguir escribiendo y por llorar con mis letras. Por comentar en el blog, consiguiendo así, ayudarlo a crecer.
A Ana A. y Rita L. Los dos amores más fuertes que ha vivido el diario a mi lado. Una con una historia finalizada casi antes de empezar y la otra con un futuro prometedor. Mi máxima inspiración. Cada una en su tiempo. Cada una a su manera. Gracias.
A Paula G. y Álex S. Escritores a corto plazo del blog
Me falta gente, pero no quiero escribir más. Me entristece mucho dejar el diario de 4 adolescentes atrás, pero es la hora. Para mí ha sido muy importante y siempre lo será. Es parte de mi vida.
El candado está puesto.