Cada ser humano, cada persona que habita en esta tierra, es diferente de cualquier otra. Hay casos de gente muy parecida que en los que apenas se nota la diferencia. Sin embargo son dispares en algún ámbito, posiblemente mucho más de lo que ellos u otros piensen.
El hecho de que dos personas sean mejores amigos, se produce porque aprecian más las virtudes que los puntos negativos del prójimo.
Cuando dos son “media naranja” y llevan una fructífera relación por el paso de los años, no es porque sean iguales, o terriblemente parecidos. Ni siquiera porque aprecien más los puntos positivos, sino porque aprenden a convivir con los defectos de su amado y a la vez con sus puntos más brillantes. Puntos que crean amor. Que unen y amplifican de tal modo la felicidad, que el resto queda absolutamente enterrado.
Y es que no todos los días en una relación van a ser perfectos. Habrá dudas, temores, enfados, pesimismo y rabias. Lloros, impotencia y apatía. Porque no hay nadie que va a ver las cosas igual a nosotros, por muy absoluta que creamos que es nuestra idea u opinión. Hasta el día que se pueda clonar el alma de uno mismo, nos toca convivir con los puntos en descomún del otro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
MSN