Mensaje de felicidad

Hoy mi actualización va a ser completamente diferente a mi forma de ser habitual últimamente, de pensamientos negativos y hundimiento profundo.


Tanta tristeza me ha hecho sentarme un momento, parar mi frenético ritmo de vida y recapacitar y analizar los problemas de mi vida. Teniendo en cuenta que soy una persona lógica, que todavía conservo todos los miembros del cuerpo desde que nací (por lo tanto físicamente capacitada para muchas cosas) y que en general en este momento de mi vida no me iba demasiado mal comparado con otras etapas... pues oye, no me fue difícil pensar con claridad y exactitud. Y es que realmente, hay muy pocos problemas que te ocurran a esta edad que te condicionen de por vida. Y de esos pocos problemas, menos aún que no se puedan arreglar en lo que nos queda. Que sí, que a lo mejor mañana se me cae el piano de mis vecinos de arriba en la cabeza y ahí se ha acabado mi vida, o a lo mejor dentro de mucho, mucho tiempo, aparezco en el libro guiness como la mujer más vieja del mundo conocido. Yo que sé, qué sabe nadie. Nadie sabe absolutamente nada.



Así que después de ese razonamiento... ¿qué eran los problemas? pues bien, los problemas son los entretenimientos que nos da la vida para que no nos aburramos en ella, y que así digamos: no, aún no me puedo ir del mundo porque tengo unos cuantos problemillas sin resolver...
Además... si pensamos en los problemas que teníamos hace 5 años, y los miramos... pensamos que la gran mayoría, sino todos, son una tontería e incluso nos reímos de nosotros mismos. Pues aplícalo a un futuro, dentro de 5 años tus problemas actuales serán dignos de unas risas de una tarde, de nostalgia y de decir "qué tranquilidad aquella de los problemas que se solucionaban sin apenas solución, ni dolor ni pérdida".
Así que sólo quería transmitir un mensaje de felicidad a todo el mundo estos días tan grises para todos: nadie sabe cuando se va a acabar nuestra vida aquí, así que deberíamos esforzarnos por tener una vida llena de felicidad y... bueno... sonreír, sonreír y sonreír. ¡Es lo único que nos queda!

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