viernes, 25 de junio de 2010

La amo


Un hombre de alta estatura entra en el psicólogo. De mala voluntad acude al Sr. Love, puesto que sus amigos le obligaron a tener al menos una consulta.
-Hola Sr. Love, me ha dicho su secretaria que me estaba esperando.
-Así es. Pase y póngase cómodo en ese sillón marrón.
-Aquí?
-Así es, relájese y empezamos.
El hombre de alta estatura empieza a sentirse incómodo. Sabía escuchar y opinar sobre temas ajenos, pero en temas propios estaba perdido y no le gustaba abrir su alma.
-Veo que está un poco nervioso. No se preocupe, esto no saldrá de aquí...se lo prometo. Por lo que veo en la ficha, ud. tiene un grave problema de autoestima, confianza en la gente y sobretodo retiene lo que siente. Su problema está ahí. No se atreve a contar lo que tiene dentro, en lo más profundo de su corazón y de ahí parten todos los problemas que tiene.
El alto se sorprende. A pesar de que al principio se niega a las palabras del Sr. Love, acaba por darle la razón. Asiente y sigue escuchando al psicólogo.
-Bien. Ama usted a alguien?
-No lo sé. Sinceramente amar es demasiado fuerte, pero algo parecido creo que me ha pasado o me está pasando.
-Perfecto. Porqué no me cuenta eso que ha pasado o está pasando y ya vemos si está de verdad enamorado?
-Ok.
" Y derrepente te das cuenta de muchas cosas...
La necesitas. La quieres a tu lado todos los momentos del presente y desearías que formara parte de tu futuro más inmediato y que hubiera estado en tu pasado, para ahorrarte tantas rayadas innecesarias.
La echas de menos en cualquier momento. Da igual en que estés pensando, viendo o sintiendo, que derrepente aparece en tu mente como por arte de magia.
Se te pega en el alma y te gustaría que no fuese así, pues te sientes pequeño, porque sin ella ,crees con casi toda seguridad, no puedes vivir.
Casi te ves en el momento del inicio. Cuando nada ha pasado todavía, cuando la historia acaba de empezar. Y andar juntos, sin miedo de caerse, sin pensar en que llegarán pruebas que pondrán a prueba la fidelidad y el cariño mutuo.
Darías lo que fuese porque en el día en que te declares te diga que sí. Te da igual que te quiera tanto como tú a ella, e incluso que no te quiera; lo único que importa es que responda: sí. Y besarla, que sea tuya el tiempo que sea. Descargar tu amor con palabras, con roces, con mimos, con cualquier cosa que le haga reír.
Te haces el impasible, el pasota. Mientes cuando te preguntan "qué te pasa". Respondes que nada, o simplemente que no importa. Te insisten, pero tú jamás afirmarás que es amor lo que sientes. Si acaso a tus mejores amigos, pero ni eso, si el riesgo de que esa persona lo sepa sea mínimo.
Escuchas una canción y por poco que tenga que ver con los sentimientos más profundos y tiernos del ser humano, algo te recuerda a ella. Jodida ladrona de mi corazón, que me lo devuelva . Con lo feliz que estaba sintiendo simple atracción por cualquiera que llevase escote y tuviese algo que enseñar. Que me deje en paz y no aparezca más hasta que me olvide de ella, aunque a decir verdad, si estoy un día sin su presencia me caigo de su hechizo, y sinceramente paso de volver a la realidad.
Qué coño tiene que no tengan las demás. No sé si es la que más me conviene, ni tampoco la que más me quiere, pero la quiero. Y me jode, porque no sé las posibilidades que tengo; ni tampoco me atrevo a dar un paso adelante, pues he sufrido anteriormente por una experiencia parecida y que yo sepa, todavía no he descubierto mi faceta masoquista.
Al principio no quería admitirlo, pero ya es tarde para negarlo: la quiero, la amo y si he de vivir con ello en anonimato, lo haré."

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