martes, 5 de enero de 2010

Sorprendentemente...

Empiezo diciendo que si alguien cree que la vida es maravillosa, está hipócritamente invadido por la felicidad de la navidad o simplemente tiene una sonrisita plantada en la cara, si quieren conservar su estado deberían cerrar el blog. No va a ser una entrada bonita, qué va. Es la realidad, y la realidad es fea y decepcionante. Fea, decepcionante, oscura, sorprendente para los novatos. Por eso está tan valorada la inocencia, porque vives en una falsa realidad que te han creado para que seas feliz.
No os alarméis, soy una eterna preocupada. Cuando conocí a la señora Realidad cayó sobre mí la maldición de no poder ser feliz jamás. Yo lo era, lo juro, me gustaba el mundo que habían creado para mí, para mi Felicidad. Cuando abrí los ojos y me dije "este es tu lugar, no lo olvides" se me cayó el mundo encima. La verdad es que el primer golpe fue el peor, por eso de ser el primero. El segundo, sorprendente... soy lenta de pensamientos, y una persona normal debería pensar "vaya, no me sorprende...". El resto, una triste gracia, pero he de reconocer que aún me sorprendo (ya sabéis, mi cerebro...).
Es puro masoquismo ir al centro en navidad a observar a las personas siendo como yo. El otro día iba paseando y escuché un comentario que me llamó especialmente la atención. Un grupo de chicas, serían 4 o 5, casi seguro niñitas de papá con tarjetas de crédito inagotables, hablaban de qué llevarían en una fiesta de nochevieja. Ya de por sí, una conversación tan interesante... bueno, no las culpo, yo no hablo siempre de cosas interesantes. En fin, una de las chicas dijo que llevaría vestido rojo, a lo que otra dijo:
-"Ni se te ocurra llevar un vestido de color rojo, que yo también voy a ir así vestida y me vas a deslumbrar. Yo dije que lo llevaría primero así que te compras otro".
Para matarla. En serio. En ese momento mi cabeza recreó una imagen sádicamente placentera, mis manos apretando el cuello de esa niña idiota hasta la inconsciencia.
Me dieron ganas de decirle unas cuantas cosas, pero mejor dejarla. Un día se casará con un gilipollas con un porsche y chalet adosado, tendrá hijos no deseados de un marido no deseado, se pudrirá en esa casa absurda y desaprovechará su vida. Ya recogería lo que está sembrando.
Lo peor de todo es que hay a personas a las que les he preguntado la razón por la que no están atormentados cada vez que les van las cosas bien, y cuando no les van bien. La respuesta mayoritaria es "hombre, sabes que esas cosas están ahí, pero las olvidas y punto"... ¿que qué?¿Perdona? y ya el remate es... "como a mí no me van a pasar...". Sin comentarios.
Me pregunto... ¿la gente no se preocupa de que mientras tú estás comiendo la cena de navidad millones de personas se están muriendo de hambre? Porque yo no paré de pensarlo en toda la cena... ¿no se preocupan de que nos estemos cargando el planeta?¿de que haya gobernado en Estados Unidos, un hombre tan corrupto que ha sido capaz de organizar el mayor ataque "terrorista" a sus propios ciudadanos solo por hacerse jodidamente rico? Claro, como en el fondo no lo notamos. A mí me jode enormemente ser una marioneta más de un grupo de personas que gobiernan el mundo a su antojo, mientras la gente mira felizmente las lucecitas de navidad, se creen superiores a los demás, son buenos únicamente en navidad, se preocupan por gilipolleces sin sentido (¿Me llamará tal?¿Se lo digo o no se lo digo?) y piensan "como a mí no me va a pasar"... ¡Qué cojones! No se puede ser así. Bueno, yo también tengo el pensamiento instintivo de los humanos (sorprendentemente no soy un alien, que yo sepa) de preocuparme por algunas de esas cosas sin sentido. Todos cometemos errores, pero la cosa es cambiar ese pensamiento anterior al pensamiento de "no tiene ningún tipo de importancia, en absoluto".
En fin, siento haberos deprimido. Bueno, solo quería compartir lo que siento yo en fechas como la navidad. Solo un último deseo para todos: En el fondo, pocas cosas de las que te pasen tendrán importancia. ¡No se las des!

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