Encuentro (1ª parte)

-¿Puedo hacerte una pregunta? -dijo mientras se recogía su morena melena rizada a un lado del rostro-.

-¿No me la has hecho ya? -dijo el chico burlándola-.

-Bueno, me refería a otra pregunta. ¿Puedo?

-Claro.



La chica quedó intimidada. No era algo que tenía planeado, pero solo quería saberlo. Era el momento.



-Tú...

-¿Sí?

-Tú... ¿te sientes solo?



El chico enmudeció. Era algo que jamás le habían preguntado, pero él sabía la respuesta a la perfección. Había tenido la oportunidad de no sentirse así en tantas ocasiones... pero no quería ser conformista.



-Yo... no sé qué responderte. Normalmente tengo muchas cosas que me mantienen ocupado y no me hacen sentrme solo, pero de vez en cuando cuando tengo tiempo de pensar que mi vida es un poco absurda y que estoy atrapado. Ni puedo ir, ni puedo venir, ni puedo querer ni puedo dejar de hacerlo. Intento forzar cosas imposibles de forzar. Soy... como un pez al que intentan adaptar a vivir fuera del agua, que muere poco a poco y angustiosamente, dejándose en cada suspiro un poco de la vida que debería tener. ¿Que si me siento solo? Puede, pero no es de lo que más me preocupa.

Cuando el chico quiso darse cuenta, ella estaba a escasos centímetros de él. Entonces él pudo comprobar que existía el espacio vital, porque sentía que había algo que le estaban robando desconsideradamente. Sabía perfectamente lo que estaba pasando, que se sentía solo, que estaba a punto de no sentirse así... Era todo perfecto, su vida empezaba a recobrar el sentido... ¿era esto lo correcto? Se quedaron mirándose y entonces...