lunes, 13 de julio de 2009

Inconsciencia

Un día te despiertas y es como si hubieras estado soñando durante meses. Te despiertas una mañana y entonces abres los ojos, suena un "clic" en tu cabeza y dices "Pero, ¿qué he estado haciendo?¿cómo he podido ser tan inocente?". Cada persona reacciona a su manera, pero mi reacción fue la de plantearme millones de preguntas sobre cómo podría arreglar mi situación, preguntarme a mí misma qué es lo que realmente había hecho mal para que las cosas salieran así. Tenía que haber alguna cosa, por muy pequeña que fuera, que había hecho que se hubieran vuelto contra mí. Pero por más que le daba vueltas y más vueltas a mi cabeza tan solo encontraba razones con falta de coherencia, y pensaba que si esa fuera la razón de todo eso no tenía ningún sentido.
Cuando las cosas me atormentan leo. Leo en cantidades idustriales. El otro día le di demiasiadas vueltas a la cabeza, casi que me estaba volviendo loca, cuando decidí cogel el primer lubro que viera. Cogí "el alquimista" de Paulo Coelho, y la verdad me esta gustando bastante más ahora que me lo estoy leyendo que la primera vez que lo intenté leer (y digo que lo intenté porque me aburrí y lo dejé). Abrí una págna al azar y leí una historia que me hizo pensar y entender el problema. La historia era así:

"Un muchacho quería saber el Secreto sobre la Felicidad. Puso tanto empeño en encontrarlo que fue a visitar a un gran Sabio a su gran palacio. Cuando llegó allí, todo estaba lleno de manjares exquisitos, bonitas pinturas y bellas esculturas, gentes hablando tranquilamente y un ambiente relajante y acogedor. Cuando por fin le tocó el turno de preguntarle, el Sabio le dijo:
-Ahora mismo no te puedo atender, pero hasta que te pueda atender visita mi palacio pero manteniendo estas dos gotas de aceite en esta cuchara.
El muchacho visitó el palacio, pero estaba muy pendiente de que no se derramaran las gotas de aceite. Cuando volvió a ver al Sabio, éste le dijo:
-¿Qué te ha parecido mi gran palacio, con mi precioso jardín y mis hermosas vistas?
-Pues, la verdad, estaba tan ocupado en que no se derramaran las dos gotas de aceite que no me he fijado en el palacio.
El Sabio le hizo repetir otra vez lo mismo. Esta vez, el muchacho estuvo muy pendiente del hermoso y gran palacio del cual el Sabio disponía, y volvió otra vez al ver al Sabio.
-¿Qué ha pasado con las dos gotas de aceite?
El muchacho se fijó y no había aceite en su cuchara. El Sabio rió y le dijo:
-Hijo mío, el Secreto de la Felicidad consiste en poder percibir todas las cosas bellas de la vida, pero sin olvidar nunca las dos gotas de aceite"

_____________________ F I N____________________________

Dedicado a:
-Walter, que me ha invitado a que me uniera al diario, que sepas que me vas a terminar echando por las parrafadas que escribo xD
-Todas aquellas personas que encuentran el equilibrio entre las gotas de aceite y la belleza del gran palacio (y las que no, que no se sientan discriminadas)

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