domingo, 3 de mayo de 2009

LA HISTORIA DEL CHICO DE LA BICI Y LA CHICA DE LA CIUDAD.

Había una vez un chico. Había una vez una bici. La bici era del chico. Era el chico de la bici. Había una vez un pueblo. Tenía zarzas y moros. Había una ciudad. El pueblo no debía ser de la ciudad. Pero lo era. Había una chica. Una chica de ciudad. En la ciudad había un pueblo, pero no debería ser de esa ciudad. La chica fue al pueblo. Había chicos con bicis. Y había zarzas y moros. Y tenía una chica, Kami, Kami de Kamikace. Era amiga de la chica de la ciudad. De la ciudad de la que no debería ser del pueblo. Porque era el pueblo del chico de la bici. Porque era Zarzalejo.

Había: Un chico con una bici (era el chico de la bici). Una chica de la ciudad, una Kami con cadena. Pero ella no es importante. Al menos, no en esta historia. Pero sí lo es en muchas otras historias. Pero no en esta. Esta es la historia del CHICO DE LA BICI, LA CHICA DE LA CIUDAD Y UN TAL ZARZALEJO. Porque es allí donde se encontraron. Se conocieron en Zarzalejo, rodeado de culebras (hacían CroaCroa) rodeados de amigos. Pero ellos nos dan igual. No son importantes en nuestra historia. Era verano. El chico de la bici iba en su bici. La chica de la ciudad le vio. Y a partir de ese momento no le olvido. Se hicieron amigos. Esta historia tiene algo malo: el verano paso. LA chica de la ciudad se fue a la ciudad. Él, se quedo en el pueblo (un tal Zarzalejo). La chica de la ciudad no le olvidó. Pero había lago que no sabía: el chico de la bici tampoco la olvido a ella. Vivian queriéndose separados...

Pero esta historia tiene algo bueno: Llegó el verano siguiente. LA chica de la ciudad fue al pueblo (un tal Zarzalejo), pensando en el chico de la bici. Cuando llego el verano un chico con una bici miraba a la carretera esperando. Seguramente esperaba un coche de la ciudad. Seguramente el coche de la chica de la ciudad. Porque seguro que no se había olvidado de ella. Porque era el chico de la bici. La chica de la ciudad esperaba en el coche. Y esperaba a que el coche llegara al pueblo. Esperaba para ver al chico de la bici. Pero el coche iba muy lento y su abuela no hacia mas que quejarse. Su hermano se estaba mareando. Su madre se estaba poniendo atacada. Y ella, solo intentaba controlar sus nervios cuando vio al chico de la bici al lado de la carretera. Se bajó del coche al verle. Tenía muchas cosas que decirle. Él le quería decir demasiadas cosas a ella. Pero ninguno de los dos dijo nada. Se dieron dos besos, como si fueran dos perfectos desconocidos. Como si se hubieran olvidado por completo uno del otro durante el invierno. Los dos creyeron que el otro no se había acordado, que le había olvidado. Por suerte, nosotros sabemos que no fue así. Pero después de saludarse cada uno se fue por su lado. Como si el chico de la bici no la hubiera estado deseando verla. Eran una chica de ciudad y un chico con una bici muy tontos. La chica se fue a saludar al resto de la gente. Al resto de la gente de un tal Zarzalejo. Sonrió y saludo a todos. Pero estaba triste. Preguntándose porque el no la había dicho nada. El chico de la bici se fue a montar en bici. No quería ver a la chica de la cuidad. No la quería ver porque le hacia preguntarse porque no le había dicho nada de lo que había pensado. Le hacia preguntarse porque había fingido que no la estaba esperando. Había fingido que era una casualidad que estuviese allí cuando la chica de la cuidad llegó. Pero sobre todo le hacia preguntarse porque ella solo le había dado dos besos y no le había dicho nada. Así que el chico de la bici pedaleo. Pedaleo para alejarse de la chica de la ciudad. Para olvidarse de la chica de la ciudad.

La chica de la cuidad quedo al día siguiente con sus amigos. Pero ellos no son importantes. Al menos no en esta. Porque es la historia de la chica de ciudad y el chico de la bici. Y el chico de la bici también estaba allí. Y entonces todo volvió a ser como el verano pasado. Fue como el chico de la bici y la chica de la cuidad estaban esperando. Llego otra chica de la ciudad. Una amiga de la chica de la ciudad. Pero ella, sí es importante en esta historia. También había un chico. Un chico que no era amigo de la chica de la ciudad. A la chica de ciudad no le gustaba aquel chico. El chico que no le gustaba a la chica de la cuidad se llamaba Álvaro. Álvaro era asqueroso para la chica de la ciudad. Pero más aun lo era para el chico de la bici. El chico de la bici hablo con la amiga de la chica de la cuidad. Hablo, y le dijo que le gustaba a la chica de la ciudad. Pero que pensaba que le interesaba otro. El otro era Álvaro. Aquel chico que no le gustaba a la chica de la ciudad. Aquel chico que le parecía asqueroso a la chica de la ciudad. Pero, eso, no lo sabía el chico de la bici. Y la chica de la ciudad no sabia que eso era lo que pensaba el chico de la bici. Así que siguieron siendo amigos. Como siempre. Porque nunca sabían lo que pensaba el otro. Pero nosotros sí. Sabemos lo que pensaban los dos. Y por eso sabemos que eran muy tontos. Una chica de ciudad y un chico con una bici muy tontos. Pero eran muy amigos. Y eran muy felices cuando estaban juntos. Pero esta historia tiene de nuevo algo malo: el verano, volvió a pasar. La chica de la ciudad pensaba en bicis. El chico de la bici pensaba en la ciudad. Hablaban por el MSN. Pero eso no podía acercarles. La chica de la ciudad se conectaba esperando que el estuviera

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